sábado, 8 de diciembre de 2012

La sociolingüística de este fin de semana


El Viernes pasado, día 30 de Noviembre, asistí a una conferencia impartida por Ramón de Andrés, profesor de la Universidad de Oviedo, presidente de la Fundación Caveda y Nava, miembro de la Academia de la Lengua Asturiana, filólogo y gramático de gran prestigio a nivel nacional.

El coloquio llevó como título El contacto entre lenguas: asturiano y castellano. Más allá de centrarse en el caso concreto dado en Asturias, parte de León y Miranda del Duero, de Andrés compartió buenos ratos con los alumnos que decidimos asistir a su puesta, sobre todo al ser capaz de asimilar el fenómeno lingüístico comentado al deporte rey. De esta manera, una vez acabada la conferencia y, por motivos estrictamente universitarios, me vi obligado a reflexionar sobre sus ideas, y acabé por resumir el pensamiento de Ramón en unas simples palabras:

"Las lenguas son como equipos de fútbol. El conflicto entre lenguas en contacto es un partido en el que ambas porterías lingüísticas pueden ser asediadas indistintamente por los equipos lingüísticos que disputan el match en el estadio -un mismo terrirorio-. El conjunto que más goles encaje será el que acepte más los cambios de la lengua contraria. Es evidente que no todos los equipos cuentan con un Puyol, un Piqué, un Pepe, un Ramos, en sus filas y los cambios lingüísticos entran entre los tres palos de manera desigual. De igual manera, hay goles que son el producto de un contraataque o pueden ser propia puerta, pero ahí está la magia del fútbol lingüístico".

Es decir, ambas lenguas viven en un mismo espacio geográfico y se influyen la una a la otra. Muchas de las mal llamadas “alteraciones” que puede sufrir una lengua –transacciones, adaptaciones- pueden venir dadas por la imposición de ese concepto de una lengua a otra o por una aceptación de una de las comunidades de hablantes.

A la hora de llevarlo al terreno catalanohablante, si bien Ramón de Andrés no pudo explayarse demasiado, la búsqueda de bibliografía tuvo sus frutos, y encontré un pequeño capítulo de Hans-Ingo Radatz, filólogo alemán, titulado Castellorquín: el castellano hablado por los mallorquines, dentro de El castellano en las tierras del habla catalana, publicado por la editorial Lingüística Iberoamericana en 2008.

En él, se pueden encontrar fenómenos sociológicos como la llegada de emigrantes de la parte sur de la Península a las Baleares –els “forasters”- y los hijos de éstos en la isla de Mallorca –els “fets aquí pels d’afora”- con datos del censo de población en la capital balear, Palma de Mallorca, fechados en Noviembre de 1998. De igual manera, las interferencias lingüísticas creadas por el contacto con los hablantes del dialecto catalán insular y los castellanohablantes han dado resultados fonéticos, morfológicos, sintácticos y léxicos están explicados.

Pero la parte buena está al final del capítulo, en el que Radatz se centra en el castellorquín, ese castellano influenciado por rasgos de los mallorquines, y que se impone sobre la “lengua colonizadora”. Para ello, muestra como ejemplo de letras de canciones como "Telefóname" o "Los Quemelos" del famoso grupo mallorquín –y en Mallorca, fuera no lo sé-, Ossifar. Tan castellorquín como el grupo, lo es Lorenso Llamas, personaje del conocidísimo Agustín el Casta. No hay ni habrá ninguna Madonna Mallorquina como la suya.

Encontrar ejemplos así, al igual que símiles futbolísticos, hacen disfrutar del estudio de la sociolingüística, que pudiera parecer aburrida, pero es más interesante de lo que uno pueda pensar.

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