domingo, 17 de febrero de 2013

La vida es (un) sueño

El destino es un libro escrito por una mano premonitoria que redacta nuestra romería, por la que cada uno de nosotros caminará a lo largo de su vida. No me lo creo.

Segismundo tuvo la oportunidad de ser testigo de la invención de una vigilia real. Basílio, rey de Polonia y padre del protagonista, elaboró un plan de acción para escapar de las dudas que le atormentaban después de que los halos descifraran en las estrellas que su primogénito acabaría con la casa real polaca. Usando opiáceos y un montaje del que también participó Clotaldo, liberó de la torre-prisión en la que encarceló a su propio hijo, siguiendo el consejo de los supuestos astrólogos. Así, siendo presa de un engaño en el que era protagonista, Segismundo pudo experimentar en sus reales carnes el ser poseedor del poder que se le había vedado hasta la fecha.

Los astros no se equivocaron: el absolutismo regio se personificaba en él. Tras haber visto cómo la realidad se escribía siguiendo la caligrafía del destino, Basílio volvió a encerrar a su hijo en la torre, donde despertó de su sueño, dudando qué era realidad y qué había sido producto de su subconsciente.

Poco después, Segismundo fue liberado por un grupo de seguidores leales y, gracias a los errores cometidos en su realsueño, consiguió enmendarlos a base de reflexiones y convicciones que se alejaban del argumento trazado por las estrellas en una realidad tan real como la de la vigilia. El libre albedrío se apoderaba del que sería el heredero de la corona de Polonia. La particularidad del individuo se desentendía, pues, del intento de universalizar el destino y aplicarlo a toda persona sobre la Tierra. El horóscopo del siglo XVI… tan admirable como el actual.

La vida es (un) sueño en el que el destino y nuestra razón juegan el partido de nuestra historia. Somos nuestros guías en la romería de la vida. Un sendero marcado, sí, pero del que ni las huellas de pasos de otros ni las que dejamos atrás rigen dónde pondremos la próxima petjada.

Yo 1-0 Estrellas. Yo seguirá escribiendo las huellas en mi camino. Izquierda, derecha, izquierda…

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