jueves, 28 de febrero de 2013

Moralina, moraleja...

Un castellano, un catalán y un mallorquín se encuentran en un bar de Palma y…

(…)
 -Vosaltres ens imposau la vostra llengua imperialista! (vosotros nos imponéis vuestra lengua imperialista)

-Intentamos españolizar a los niños catalanes que han sido manipulados por los nacionalistas radicales catalanes.

-Vosaltres impediu l’avenç de la llengua catalana prenguent-li el seu dret de ser parlada dins els territoris del Països Catalans! (Vosotros impedís el avance de la lengua catalana quitándole su derecho de ser hablada en los territorios de los Países Catalanes)

-Creemos que las medidas tomadas en la educación de los alumnos baleares es la correcta: que ellos elijan en qué lengua quieren aprender.

-Educació (n) en català(n)!
 (…)

Mientras el catalán y el castellano siguen discutiendo, el mallorquín se va al baño y piensa:

Cagondeu aquests dos, quin trui més doiut que duen. Van “cada loco con su tema”. Es foraster aquest, que diu que lo que estàn fent amb s’educació és lo correcte. Que els nins… bé, seràn son pare i sa mare, supòs… agafin sa llengua que els hi doni la gana perque estudiin els seus fills. Però si estàn agafant es català! Què putes han d’anar a fer-ho bé!? Si volguessin imposar-se… ho estàn fent ben malament.
(Me cago en diez estos dos, que lío más tonto que se traen. El peninsular dice que lo que hacen con la educación es lo correcto. Que los niños… bueno, serán los padres, supongo… escojan la lengua que les dé la gana para que estudien sus hijos. ¡Pero si están escogiendo el catalán! Si quisieran imponerse… lo están haciendo bastante mal.)

I sinòs es català, que no és ni mallorquí ni és res, i ve aqui a dir que si territori… territori… si en Jaume I era francès! I vaja una conciència de nació que tè, sabrà Déu lo que l’hi hauràn dit en aquest pobr-homo. D’ençà que entrarem a sa democràcia s’han anat cresquent i se pensen que han de venir-mos a dir ara còm xerrar. Pots pensar!
(O el catalán, que no es mallorquín ni es nada, y viene aquí a decir que si territorio, territorio… ¡si Jaime I era francés! Y vaya una conciencia de nación que tiene, sabrá Dios lo que le habrán dicho a este hombre. Desde que entramos en democracia se han ido creciendo y se piensan que tienen que venir a decirnos cómo hablar.)

No, i se fotràn d’hòsties defensant el que pensen quan aquí podem xerrar mallorquí com hablar en castellano, i que no és guapo? No idò, a jo no m’han demanat res… aquest joc de “mem, a mem qui la tè més grossa”…
(No, si se darán de hostias defendiendo lo que piensan cuando aquí podemos hablar en mallorquín o en castellano, ¿y no es bonito? No, pues a mí no me han preguntado… este juego de “a ver quién la tiene más grande”…)

Sale del baño, se dirige a la barra y les dice:


Mem, tu! Deixa’t ja de catalanades, que el mallorquí sí que se xerra, i no només a ses escoles. No fiqueu en es vostro sac a qui no vòl i, qui vulgui, que s’en fiqui per ses idees que vos pugui haver copiat. I tu! Deixa’t d’intentar imposar una llengua que inclús el mallorquí és capaç de canviar. Què no veus que és impossible que xerrem igual que els madrileños o què? Tant de doi, tant de doi… Doiuts! I lo guapo que és que sa meva sogra sigui forastera i es meu fill xerri totes dues llengües. I mil més n’hauria de sebre si poguès. Au, callau!

¡A ver, tú! Déjate ya de catalanadas, que el mallorquín sí que se habla, y no sólo en las escuelas. No metáis en vuestro saco a quien no quiere y, quien quiera, que se meta por las ideas que os haya podido copiar. ¡Y tú! Deja de intentar imponer una lengua que incluso el mallorquín es capaz de cambiar. ¿No ves que es imposible que hablemos igual que los madrileños? Tanta tontería, tanta tontería… ¡Tontos! Y lo bonito que es que mi suegra sea peninsular y mi hijo hable las dos lenguas. Y mil más tendría que aprender si pudiera. ¡Alé, callad!

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