En el Parlament Balear

Visita al Parlament Balear el Dia de la Comunitat, el 1 de marzo de 2013

En Palmanova, abril de 2013

Fotografía tomada en la playa de Palmanova, en primavera de 2013

jueves, 28 de febrero de 2013

Moralina, moraleja...

Un castellano, un catalán y un mallorquín se encuentran en un bar de Palma y…

(…)
 -Vosaltres ens imposau la vostra llengua imperialista! (vosotros nos imponéis vuestra lengua imperialista)

-Intentamos españolizar a los niños catalanes que han sido manipulados por los nacionalistas radicales catalanes.

-Vosaltres impediu l’avenç de la llengua catalana prenguent-li el seu dret de ser parlada dins els territoris del Països Catalans! (Vosotros impedís el avance de la lengua catalana quitándole su derecho de ser hablada en los territorios de los Países Catalanes)

-Creemos que las medidas tomadas en la educación de los alumnos baleares es la correcta: que ellos elijan en qué lengua quieren aprender.

-Educació (n) en català(n)!
 (…)

Mientras el catalán y el castellano siguen discutiendo, el mallorquín se va al baño y piensa:

Cagondeu aquests dos, quin trui més doiut que duen. Van “cada loco con su tema”. Es foraster aquest, que diu que lo que estàn fent amb s’educació és lo correcte. Que els nins… bé, seràn son pare i sa mare, supòs… agafin sa llengua que els hi doni la gana perque estudiin els seus fills. Però si estàn agafant es català! Què putes han d’anar a fer-ho bé!? Si volguessin imposar-se… ho estàn fent ben malament.
(Me cago en diez estos dos, que lío más tonto que se traen. El peninsular dice que lo que hacen con la educación es lo correcto. Que los niños… bueno, serán los padres, supongo… escojan la lengua que les dé la gana para que estudien sus hijos. ¡Pero si están escogiendo el catalán! Si quisieran imponerse… lo están haciendo bastante mal.)

I sinòs es català, que no és ni mallorquí ni és res, i ve aqui a dir que si territori… territori… si en Jaume I era francès! I vaja una conciència de nació que tè, sabrà Déu lo que l’hi hauràn dit en aquest pobr-homo. D’ençà que entrarem a sa democràcia s’han anat cresquent i se pensen que han de venir-mos a dir ara còm xerrar. Pots pensar!
(O el catalán, que no es mallorquín ni es nada, y viene aquí a decir que si territorio, territorio… ¡si Jaime I era francés! Y vaya una conciencia de nación que tiene, sabrá Dios lo que le habrán dicho a este hombre. Desde que entramos en democracia se han ido creciendo y se piensan que tienen que venir a decirnos cómo hablar.)

No, i se fotràn d’hòsties defensant el que pensen quan aquí podem xerrar mallorquí com hablar en castellano, i que no és guapo? No idò, a jo no m’han demanat res… aquest joc de “mem, a mem qui la tè més grossa”…
(No, si se darán de hostias defendiendo lo que piensan cuando aquí podemos hablar en mallorquín o en castellano, ¿y no es bonito? No, pues a mí no me han preguntado… este juego de “a ver quién la tiene más grande”…)

Sale del baño, se dirige a la barra y les dice:


Mem, tu! Deixa’t ja de catalanades, que el mallorquí sí que se xerra, i no només a ses escoles. No fiqueu en es vostro sac a qui no vòl i, qui vulgui, que s’en fiqui per ses idees que vos pugui haver copiat. I tu! Deixa’t d’intentar imposar una llengua que inclús el mallorquí és capaç de canviar. Què no veus que és impossible que xerrem igual que els madrileños o què? Tant de doi, tant de doi… Doiuts! I lo guapo que és que sa meva sogra sigui forastera i es meu fill xerri totes dues llengües. I mil més n’hauria de sebre si poguès. Au, callau!

¡A ver, tú! Déjate ya de catalanadas, que el mallorquín sí que se habla, y no sólo en las escuelas. No metáis en vuestro saco a quien no quiere y, quien quiera, que se meta por las ideas que os haya podido copiar. ¡Y tú! Deja de intentar imponer una lengua que incluso el mallorquín es capaz de cambiar. ¿No ves que es imposible que hablemos igual que los madrileños? Tanta tontería, tanta tontería… ¡Tontos! Y lo bonito que es que mi suegra sea peninsular y mi hijo hable las dos lenguas. Y mil más tendría que aprender si pudiera. ¡Alé, callad!

domingo, 17 de febrero de 2013

La vida es (un) sueño

El destino es un libro escrito por una mano premonitoria que redacta nuestra romería, por la que cada uno de nosotros caminará a lo largo de su vida. No me lo creo.

Segismundo tuvo la oportunidad de ser testigo de la invención de una vigilia real. Basílio, rey de Polonia y padre del protagonista, elaboró un plan de acción para escapar de las dudas que le atormentaban después de que los halos descifraran en las estrellas que su primogénito acabaría con la casa real polaca. Usando opiáceos y un montaje del que también participó Clotaldo, liberó de la torre-prisión en la que encarceló a su propio hijo, siguiendo el consejo de los supuestos astrólogos. Así, siendo presa de un engaño en el que era protagonista, Segismundo pudo experimentar en sus reales carnes el ser poseedor del poder que se le había vedado hasta la fecha.

Los astros no se equivocaron: el absolutismo regio se personificaba en él. Tras haber visto cómo la realidad se escribía siguiendo la caligrafía del destino, Basílio volvió a encerrar a su hijo en la torre, donde despertó de su sueño, dudando qué era realidad y qué había sido producto de su subconsciente.

Poco después, Segismundo fue liberado por un grupo de seguidores leales y, gracias a los errores cometidos en su realsueño, consiguió enmendarlos a base de reflexiones y convicciones que se alejaban del argumento trazado por las estrellas en una realidad tan real como la de la vigilia. El libre albedrío se apoderaba del que sería el heredero de la corona de Polonia. La particularidad del individuo se desentendía, pues, del intento de universalizar el destino y aplicarlo a toda persona sobre la Tierra. El horóscopo del siglo XVI… tan admirable como el actual.

La vida es (un) sueño en el que el destino y nuestra razón juegan el partido de nuestra historia. Somos nuestros guías en la romería de la vida. Un sendero marcado, sí, pero del que ni las huellas de pasos de otros ni las que dejamos atrás rigen dónde pondremos la próxima petjada.

Yo 1-0 Estrellas. Yo seguirá escribiendo las huellas en mi camino. Izquierda, derecha, izquierda…

sábado, 29 de diciembre de 2012

Una de romanos y griegos (Remastered)


Un romano y un griego suben a dos estrados encarados. Bajo ellos, sus convecinos los miran atónitos mientras se disponen a enfrentarse a duelo por señas. Los griegos, doctos en filosofía, eligen a uno de sus pensadores más inteligentes para la disputa con los romanos, que escogen a un villano, previamente lavado y aseado, vestido con las mejores galas, para plantarle cara al filósofo y, así, poder ser adoctrinados por la ciencia griega.

El griego ya está en posición y, tras unos segundos de cortesía que el romano no ha utilizado para comenzar él el debate, estira su mano, levantando el dedo índice en posición paralela a su túnica. Su primer ataque ha tenido lugar y baja el brazo esperando la contestación romana.

No tarda el romano en contestarle: estira su brazo derecho, dejándolo en perpendicular a su cuerpo y estira no uno, sino el índice y los dos dedos más cercanos, el pulgar y el corazón.

El griego, gran pensador elegido de entre pensadores, contesta abriendo la palma de su mano derecha hacia su oponente, estirando sus dedos al máximo y con fuerza.

El ignorante villano romano no duda en su respuesta, tan inmediata como contundente: alza el brazo y cierra su mano, ofreciéndole a los griegos su puño en alto. Al verlo, el filósofo no encuentra una respuesta y decide darse por vencido.

Al llegar al último escalón, un compatriota le pregunta “¿Qué ha pasado?¿Qué te ha dicho?”

“He quedado admirado por la inteligencia de ese romano. Yo le he dicho que hay un solo Dios y él me ha contestado que se divide en tres: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Después le enseñé la palma de mi mano para decirle que ese Dios puede hacer su voluntad y él me contestó que es a su voluntad que creó el mundo en el que vivimos. No he sabido qué contestarle a eso y sí, se merecen que les enseñemos nuestra ciencia.”

Los romanos, extrañados por lo que había pasado y alegres por la derrota del griego, le preguntan a su elegido qué es lo que se habían dicho y éste, sin cautela ni medida les dice:

“El griego este me ha dicho que me iba a hacer un Mourinho y yo le he dicho que le cogería la cabeza como una bola de bolos, metiéndole los dedos en los ojos y la boca. Se ha cabreado tanto por lo que le he dicho que me quería dar un guantazo y le he respondido que si así lo hacía, le soltaría un puñetazo… y ahí ha acabado. Ya está, se ha acojonado… o algo.”

Y es que a modo de ver del Arcipreste de Hita, o Juan Ruiz, cada uno elige su pensamiento según los signos que se le revelan. Un “que cada uno entienda a su manera” al inicio de su Libro del Buen Amor.

Ya se contaban chistes en el siglo XIV y, además, los utilizaban como moraleja para empezar una de las mayores obras de la literatura española a modo de advertencia a los lectores y lo que podían entender de y en ella.